Comité del Minsal sobre terapias hormonales en niños trans: polémica por perfiles y parcialidad

Múltiples críticas generó la conformación del comité de expertos para definir los lineamientos para el tratamiento hormonal de niños, niñas y adolescentes (NNA) con disforia de género, formado por el Minsal. Las acusaciones apuntan a que la balanza del equipo – conformado por diez especialistas de cinco organizaciones diferentes – se inclinaría hacia la aprobación de este tipo de terapias en menores de edad, como lo sería la entrega del polémico medicamento “bloqueador de pubertad”. Esto, por demostraciones y dichos anteriores de sus miembros. Sus perfiles y la discusión los entrega la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.

FUENTE: Radio Bío Bío

Un terremoto en el mundo científico causó la publicación este año del informe británico “Cass Review” que cuestionó los tratamientos hormonales aplicados a niños, niñas y adolescentes (NNA) con disforia de género, o sea, el malestar sentido por una persona cuya identidad de género difiere de su sexo biológico asignado al nacer.

Es así como las portadas de Reino Unido se llenaron de titulares como “Por fin, una voz de cordura sobre los niños y el dogma trans” (Daily Mail) y “Miles de niños inseguros de su identidad de género han sido abandonados por el Ministerio de Salud británico” (The Guardian).

La polémica cruzó las fronteras y le dio combustible al debate chileno, con la publicación en Radio Bío Bío del reportaje “Pubertad interrumpida: niños trans inician tratamiento hormonal en medio de controversias”, en colaboración con la periodista Sabine Drysdale, el cual fue incluso referenciado en medio de la discusión en la Comisión de La Familia de la Cámara de Diputados y Diputadas

En la publicación se planteó la controversia en torno a la entrega de “bloqueadores puberales” a NNA – medicamento que busca pausar los procesos de la pubertad, en pos de la salud mental de los menores con disforia de género – por la falta en cantidad y calidad de estudios al respecto, y nocivos efectos secundarios.

Es en este contexto – y en el mes que se celebra el Orgullo LGBTQIA- que el Ministerio de Salud (Minsal), liderado por Ximena Aguilera Sanhueza (Independiente), convocó un comité de expertos para definir los lineamientos técnicos en torno a la terapia hormonal para menores de edad, con miras a establecer un protocolo nacional en el segundo semestre de 2024. Esto, en medio de un aumento creciente de NNA ingresando al programa gubernamental que asesora en el tránsito de cambio de género “Crece con Orgullo”, que reportó el ingreso de 1.202 menores de edad en 2023, proyectando la suma de otros 2.940 este año.

Sin embargo, inmediatamente tras la conformación del comité – que incluye la participación de diez expertos de cinco sociedades científicas especializadas en la ginecología, psiquiatría y endocrinología – diputados del Partido Republicano oficiaron a la ministra Aguilera y la Subsecretaria de Salúd Pública Andrea Albagli Iruretagoyena (RD) para solicitar un cambio en los integrantes del comité, al afirmar que los profesionales ya tienen un sesgo armado respecto a las terapias afirmativas.

Así mismo, audios de padres preocupados y publicaciones en redes sociales también criticaron la “imparcialidad” de los miembros del comité sobre los tratamientos hormonales en los menores de 18 años.

La Unidad de Investigación de la Radio Bío Bío consultó a las distintas organizaciones convocadas, y realizó un barrido de información, que concluyó que solo uno de los diez profesionales se ha declarado públicamente en contra del uso de tratamiento hormonal en menores de edad, y la gran mayoría, ha manifestado en el pasado una postura a favor.

EL INFORME CASS Y LA DISCUSIÓN

En 2020 el servicio de salud de Reino Unido le encargó a la doctora Hilary Cass una evaluación independiente sobre el uso de bloqueadores de pubertad y terapia de hormona cruzada – tratamiento que adecua los caracteres sexuales secundarios al género autopercibido –, utilizadas en la población transgénero, con especial ojo en el uso en NNA.

Es así como, a partir de la solicitud, este año la pediatra británica realizó el Cass Review, que reveló que la evidencia médica que justifica las intervenciones realizadas en menores de edad es débil.

A partir de la publicación, diputados de Chile Vamos (Renovación Nacional-RN, Unión Demócrata Independiente-UDI y Evolución Política-Evópoli), junto al Partido Republicano e independientes de oposición al gobierno de Gabriel Boric Font (Convergencia Social), anunciaron la solicitud de una comisión investigadora para abordar el tratamiento hormonal de NNA.

Específicamente, el reporte llamó la atención sobre la utilización de los medicamentos llamados bloqueadores purales, con el objetivo de detener los cambios físicos en pre-adolescentes y adolescentes con disforia de género.

Estos medicamentos funcionan de tal manera que impiden que el cuerpo produzca hormonas sexuales, como lo son el estrógeno, progesterona y testosterona, interrumpiendo procesos como: el crecimiento de las mamas, los cambios en el tono de la voz, crecimiento del vello facial, la menstruación, etc.

Los beneficios buscados con la toma de estos medicamentos en jóvenes transgénero es mejorar el bienestar mental y combatir la depresión y ansiedad que proviene de la disforia de género – además de la reducción de necesidad de futuras cirugías– con el objetivo de combatir la alta tasa de suicidio en esta población, pensamiento que, según estudios, afecta a aproximádamente entre el 65% y 75% de los adolescentes transgénero.

Sin embargo, el informe de Hilary Cass concluyó dos puntos que cuestionan el uso de los bloqueadores de pubertad: que no hay evidencia para afirmar que el tratamiento de hormonas reduzca el riesgo de suicidio en esta población, y que como efectos secundarios, este tipo de medicamento plantea riesgos para el desarrollo neurocognitivo, la salud de los huesos y la vida sexual.

Sería por la falta de estudios de calidad y las consecuencias nocivas de las terapias hormonales para la salud que Cass apunta como alternativa a una intervención psicosocial para explorar las inquietudes y angustias de menores con disforia de género, independiente de si en un futuro opta o no con una vía médica que tenga efectos permanentes en el cuerpo.

Sin embargo, distintas organizaciones científicas chilenas han cuestionado las conclusiones del informe. Por ejemplo, el programa Proyecto T de la Universidad Diego Portales – que otorga atención psicológica y consejería gratuita a personas trans – publicó un comunicado en que afirmó que las conclusiones del reporte “ignoran más de tres décadas de investigación y experiencia clínica, así como las pruebas que demuestran los beneficios de las intervenciones hormonales sobre la salud mental y la calidad de vida de quienes se someten a ellas”.

Desde el gobierno, la postura también fue de cuestionar las conclusiones obtenidas del informe Cass. Así lo demostró una presentación realizada por la Subsecretaria Albagli el pasado 3 de julio en la Comisión de La Familia de la Cámara de Diputados y Diputadas. En su presentación, expuso que “el informe Cass NO recomienda la suspensión de la hormonoterapia en adolescentes asociada a disforia o incongruencia de género”, además de destacar los beneficios a la salud psicosocial que traerían los bloqueadores de pubertad en NNA con disforia de género. Agregó también una lista de diez asociaciones chilenas e internacionales que han mantenido sus guías de hormonoterapia en adolescentes, indicando que el informe no contendría información novedosa que las contradiga.

COMITÉ DE EXPERTOS Y LOS BLOQUEADORES PUBERALES

Es por los mismos cuestionamientos del Informe Cass que la conformación del comité de expertos convocados para finalizar los lineamientos técnicos de terapia hormonal género afirmativa para NNA, preocupa, por su falta de diversidad en opiniones respecto a este tipo de tratamientos.

Es así como solo una de los diez especialistas se ha mostrado abiertamente en contra de este tipo de los tratamientos hormonales en menores de edad.

Esta es la endocrinóloga pediátrica Francisca Ugarte Palacios quien en 2016, en medio de la discusión para la Ley de Identidad de Género expuso ante los parlamentarios que no se debiesen incluir los menores de edad en la ley, argumentando que entre el 80% al 95% de los niños que presentan disforia de género, lo superan durante la pubertad, cifra cuestionada y calificada de engañosa por la Asociación Organizando Trans Diversidades (OTD).

Ella forma de la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes (SOCHED) – corporación privada fundada en 1958 y cuya misión actual es liderar el desarrollo y la difusión de estas disciplinas en Chile – uno de los cinco establecimientos convocados por el Minsal para establecer una hoja de ruta para los menores de edad que deseen iniciar su transición de género.

Junto a Ugarte se encuentra la endocrinóloga pediátrica Cecilia Pereira Rico, también integrante del comité de investigación de la SOCHED, y encargada del programa de identidad de género del Hospital San Juan de Dios. También forma parte del Centro Espacio Seguro, centro de apoyo para mujeres y disidencias sexuales.

En la lista de organizaciones convocadas por el Minsal, también se encuentra el Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente (CEMERA), organización de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile que recibe a niños con disforia de género desde los siete años. Respecto a la polémica de los bloqueadores de pubertad, CEMERA negó por el momento emitir declaraciones públicas.

Una de las representantes en el comité es justamente su directora, la ginecóloga infanto juvenil Adela Montero Vega. La otra especialista de CEMERA escogida para desempeñar el cargo es Alejandra Jara Gaete, pediatra endocrinóloga. Ambas docentes en la misma universidad a la que pertenece el centro.

Las otras tres organizaciones convocadas – la Sociedad Chilena de Psiquiatría (SOCHIPE), la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología (SOGIA) y la Sociedad Chilena de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y la Adolescencia (SOPNIA), publicaron este 19 de junio una declaración sobre el manejo de los NNA con género diverso en Chile, en el cuál incluyeron un punto respecto a la polémica, contradiciendo lo presentado por el Informe Cass:

“Los bloqueadores puberales se usan hace cuarenta años para tratar la pubertad precoz, existiendo amplia evidencia científica que los avala en eficiencia y seguridad. El uso en NNA de género diverso ha mostrado, además, resultados positivos en salud mental, destacando la menor tasa de suicidios en esta población, siendo una herramienta que salva vidas”.

Miembros de estas organizaciones también se han referido al tema de los bloqueadores puberales desde su expertis.

Así fue el caso de Arlette Aduay Eneros, Secretaria General de SOGIA – fundada en 1985 – y ginecóloga del Hospital Sótero del Río, quien generó polémica en redes sociales al viralizarse la descripción de un caso en el que se le detuvo la pubertad a los diez años a un niño transgénero, parando así “la llegada de la primera regla” y comenzando posteriormente la terapia de hormonas cruzadas a los 16 años.

Junto a ella, representa a SOGIA una de sus directoras, Pamela Sanhueza González, quien se desempeña como Encargada de la Unidad de Ginecología Pediátrica y de la Adolescencia en el Hospital Provincial de Ovalle.

Respecto a SOPNIA, sus representantes son las psiquiatras infanto-juveniles Paz Quinteros Rosales, quien trabaja en una consulta privada, y Christianne Zulic Agramnut, quien se desempeña en el Hospital Barros Luco.

La primera es activista en redes sociales de temáticas transgénero, y se ha referido en el pasado en X (ex Twitter) respecto a los bloqueadores de pubertad, habiendo afirmado que son la primera parte del tratamiento hormonal en jóvenes transgénero, y que esta sería reversible. Ella también aparece en uno de los casos descritos en el reportaje anteriormente representado, al haber derivado a un paciente de 15 años con disforia de género al endocrinólogo, advirtiendo además sobre la alta tasa de suicidio en esta población.

En último lugar, se encuentra la SOCHIPE, cuyas especialistas pertenecen a las Ramas de Adolescencia, Endocrinología y Salud Mental de la organización fundada en 1922. Las representantes de esta Sociedad son la endocrinóloga pediátrica Soledad Villanueva Toral y la psicóloga especialista en adolescentes Paz Robledo Hoecker.

En la presentación realizada la semana pasada por por la subsecretaria Albagli también informó que además del comité de expertos, para la elaboración de los lineamientos técnicos para el tratamiento de NNA con disforia de género participarán también otras agrupaciones de la sociedad civil, las cuales son las siguientes:

Fundación Juntos Contigo, Fundación Selenna, Fundación Todo Mejora, Corporación TransFormando Aysén, Fundación Renaciendo, Fundación Transdiverso Araucanía, Agrupación de familias trans-Claudia Díaz, Fundación Apoyo Familiar Trans, ONG Alma Libre y la fundación de familiares de niñxs y jóvenes transgénero y de la diversidad.