Aprobar la eutanasia, la nueva batalla valórica del Gobierno: los detalles del proyecto
En marzo, el Ejecutivo ingresará las indicaciones al proyecto que actualmente se encuentra en el Senado. Si bien hay cierta confianza en que la iniciativa será aprobada y se convertirá en ley bajo el mandato de Gabriel Boric, se tiene claridad de que, al ser parte de la agenda valórica, cada detalle importa. Por esto, están cuidadosamente pensados para que tanto los parlamentarios del oficialismo y de la oposición estén dispuestos a aprobar el proyecto. Radio Bío Bío tuvo acceso a detalles de lo que se conocerá a inicios del próximo mes.
Fuente: BIO BIO LA RADIO
Sin publicidad ni “turismo de eutanasia”, esa es la base del proyecto sobre el derecho a una muerte digna que lleva más de 13 años en el Congreso. A pesar de ello, marzo será un mes clave. ¿Por qué? El Ejecutivo ingresará indicaciones y, según comentan fuentes de La Radio, es el propio Presidente Gabriel Boric quien ha insistido al interior del gobierno en la importancia de aprobar la iniciativa como parte del legado de su mandato.
“Le debemos una respuesta a quienes sufren enfermedades terminales e incurables que conllevan una disminución avanzada e irreversible de sus capacidades, con sufrimientos físicos persistentes e intolerables que no se pueden aliviar y que el o la paciente considera inaceptable”. Estas fueron las palabras del presidente Boric en su última cuenta pública, donde además anunció que pondrá urgencia e impulsará el proyecto de ley de eutanasia.
Sin embargo, han pasado ocho meses y, para muchos en la agenda valórica, el Ejecutivo ha fallado. Boric prometió el aborto libre y la eutanasia, pero hasta ahora no ha concretado ninguna de estas reformas. No obstante, desde noviembre el proyecto tiene suma urgencia.
¿Qué dice el proyecto? ¿Qué indicaciones ingresará el Ejecutivo? ¿Está listo el acuerdo para ser aprobado?
Radio Bío Bío accedió a detalles sobre lo que se introducirá en marzo y los puntos clave para lograr un acuerdo en el Parlamento.
Proyecto
Lo aprobado en la Cámara en 2021 fue la fusión de cuatro iniciativas, que establecen modificaciones a la Ley N° 20.584, que regula los derechos y deberes de las personas en relación con su atención en salud.
En el texto se indica que “solo la persona a quien se haya diagnosticado un problema de salud grave e irremediable tiene derecho a decidir y solicitar asistencia médica para morir, de acuerdo con los requisitos y formas establecidas en la ley”.
Se describen las condiciones en las que se podría realizar, debe ser una enfermedad seria e incurable, su situación médica se caracteriza por una disminución avanzada e irreversible de sus capacidades y su enfermedad, dolencia o la disminución avanzada e irreversible de sus capacidades le ocasiona sufrimientos físicos persistentes e intolerables y que no pueden ser aliviados en condiciones que considere aceptables.
Asimismo, se define lo que es una enfermedad terminal y se establecen los requisitos: tener más de 18 años y ser chileno. Esto último para evitar el turismo de eutanasia.
Un punto esencial es que el paciente debe estar consciente en el minuto de tomar la decisión y si no lo esta, solo se podrá acceder a la eutanasia si es que existe un documento de voluntad anticipada, la que debe ser acompañada por un certificado de un psiquiatra que señale que, en el momento de la solicitud, el requirente se encuentra en pleno uso de sus facultades mentales.
En relación a los médicos, en el proyecto se les señalan las obligaciones que tienen con los pacientes, pero al mismo tiempo que tienen la libertad de decidir si quieren llevarlo a cabo o no. En otras palabras, existe la objeción de conciencia para los médicos y también para las instituciones privadas. Pero si deben realizar una derivación a otro centro asistencial o a su domicilio para realizar el procedimiento, según la decisión del solicitante.
Otro aspecto a destacar es la creación de un comité de ética al cuál el médico tratante deberá solicitar su pronunciamiento respecto a la petición del paciente. El que debe ser dado a conocer en 15 días hábiles. También posterior al procedimiento los mismos deberán revisar que todo se realizó conforme a la ley.
Pero en marzo el gobierno ingresará sus indicaciones, las que provocan cierto rechazo tanto en la oposición como en el oficialismo, pero el análisis interno es que son necesarias para que el proyecto salga adelante lo antes posible.
Indicaciones del Ejecutivo
Hay claridad que un sector de la derecha conservadora no votará a favor, sin importar el contenido del proyecto. Pero si hay senadores que frente a pequeños detalles pueden cambiar de opinión, señalan fuentes de La Radio.
Por esto, desde junio en el Ministerio de Salud se está trabajando en las indicaciones para el proyecto de eutanasia, específicamente el Departamento de Bioética ha sido el encargado. Conocedores del tema indicaron a La Radio que están listas desde enero a la espera de que se dé inicio al año legislativo para ser ingresadas.
Si bien no copiaron ningún modelo internacional, sí miraron con atención el caso español ya que tiene un comité de ética que analiza caso a caso y no es a través de un reglamento con un listado de enfermedades. Así, dependiendo las circunstancias y la evaluación médica, diferentes personas con distintas condiciones podrán acceder al derecho a una vida digna.
¿Qué propondrá el Ejecutivo? Al igual que el caso español y el proyecto mismo continuará con la idea del comité pero con ciertos cambios. Comité de Garantía y Evaluación, se denomina, y estaría conformado por 5 profesionales del área de la salud y del derecho. No está definido cómo se dividirá, pero la intención es que por lo menos un abogado sea parte del grupo. Y serán ellos los que establecerán si es que un paciente puede o no acceder a la prestación.
Los miembros, además, podrán invitar a personas externas si es que se requiere una opinión extra y todo se alojará en la Subsecretaría de Salud Pública para no provocar gastos extras en el Estado.
Se mantendrán los 15 días hábiles para la resolución, pero se exigirá como base dos informes médicos y que no existan intereses cruzados entre los miembros del comité y el paciente.
¿Cómo se fiscalizará que se cumplan los plazos y que la decisión sea adecuada? La superintendencia de Salud será la encargada de inspeccionar.
Requisitos
Siguiendo con la idea anterior, cada caso se evaluará por separado, por lo que no quedará definido qué enfermedades estarán incluidas en la iniciativa; podrían ser desde oncológicas hasta psiquiatras. Todo quedará en manos de los médicos tratantes y el comité para dirimir, finalmente, la definición de qué es una condición o enfermedad grave e incurable o terminal es médica y no jurídica, señalaron al interior del Ejecutivo.
Si bien hay aspectos que les hubiera gustado de otra manera, los conocedores de las indicaciones comentan que decidieron no insistir para no provocar problemas y lograr aprobar la ley lo antes posible.
Un ejemplo de lo anterior es el requisito de ser mayor de edad. Miembros del Gobierno tienen claridad de que si insisten en incluir a menores, muchos parlamentarios más conservadores de centro y de derecha no aprobarían el proyecto. De esta forma, una decisión interna los llevó a no insistir, aunque saben que para algunos del oficialismo será un problema.
Otro punto es el tema publicitario. Definitivamente, no existe el interés de que se transforme en un mercado. Saben que es un tema delicado y que debe ser tratado de esa manera, por lo que no les interesa que se creen centros médicos especialistas ni el conocido “turismo de eutanasia”, el que atraería a extranjeros al país solo para realizarse el procedimiento.
Discusión parlamentaria
Ahora, lo que falta es que la Comisión de Salud del Senado logre un acuerdo para votarlo en Sala. ¿Qué opinan los miembros?
El senador independiente, electo en cupo de Renovación Nacional, Alejandro Kusanovic, comentó a Radio Bío Bío que “la eutanasia es un tema que invita a una reflexión muy profunda, porque se trata de una situación que no es simple. Es un tema altamente debatido que abarca aspectos éticos, legales, médicos, filosóficos, etcétera”.
Agregó que “básicamente el tema lo podemos dividir en dos: la eutanasia activa, que es la intervención directa; y la pasiva, que es quitar el apoyo de sistemas externos vitales. En una podemos estar de acuerdo, en otras no”.
Pero para Kusanovic lo importante es “defender la vida, pero no a cualquier precio o a cualquier costo. Además, acá te aparecen situaciones muy relevantes, como el tema de ética médica, errores de diagnósticos, posibilidades de abuso, que deben ser consideradas”.
“Es fundamental fomentar el diálogo respetuoso y empático, que considere todas las perspectivas involucradas. Este no es un tema que se debe hacer rápido ni apresurado, porque es un tema que requiere debate y análisis”, añade el senador.
Su par del Partido Socialista, Juan Luis Castro, señaló que el proyecto está en segundo trámite y requiere celeridad, “porque es un problema del mundo de hoy. Ya no es lo mismo que una persona que vaya a morir quede entregada a las manos de los médicos o de los hospitales, a que hoy las personas puedan decir algo respecto a sus últimos días”, indicó.
Y que “cautelando la autonomía y voluntad de las personas, el derecho a cambiar de opinión, resguardándose de todos aquellos aspectos que inhabilitan para una decisión de este tipo (…) se puede llegar a tener un buen proyecto de ley”, enfatiza el senador PS.
Por esto, para Castro “marzo en adelante debiera ser un momento de impulso. Yo particularmente lo aprobé siendo diputado en 2021 y creo que ha pasado un tiempo más que suficiente para que se le introduzcan mejoras, sobre todo en lo que son los temas de objeción de conciencia, del rol de los comité de ética clínicos que permitan dirimir cada caso y particularmente en los escenarios en que las personas pueden cambiar de opinión, eventualmente, en el desarrollo de una enfermedad grave o terminal”.
Castro argumenta que “todos estos elementos se pueden mejorar y dejar correctamente en un punto en que Chile quede como país moderno, diciéndole a la población: mire, no solo el origen de la vida, que es el nacimiento, o las causales de aborto, como ya se legisló, sino que también en el fin de la vida puede haber una regulación que no sea solo a la voluntad de los profesionales externos o los hospitales o clínicas”.