Los sufrimientos afectivos también se manifiestan en dolor físico
● La ciencia moderna estableció la existencia del denominado “dolor nociplástico”, que se caracteriza por un agudo cuadro de dolor crónico, sin evidencia de lesión que lo sustente.
● Esta definición es tan reciente, que es desconocida tanto por la población como también para numerosos médicos y otros profesionales de la salud.
● El dolor nociplástico suele estar acompañado de depresión, ansiedad, insomnio y pensamientos negativos, entre otras manifestaciones. Por ello, los pacientes consultan a muchos especialistas y se sometan a gran cantidad de exámenes, en la búsqueda incansable del origen de su afección. ●Para abordar esta contingencia, la División Upjohn de Pfizer organizó, en el marco de la Semana del Dolor, una nueva versión del Summit de Dolor 2023, que contó con la presencia de afamados especialistas que aportaron educación médica continua sobre este y otros temas relacionados.
La acelerada complejidad de la vida moderna suele traducirse en la presencia de diversas afecciones mentales muy comunes entre la población, como ansiedad, estrés, burnout laboral y depresión.
Sin embargo, la evidencia clínico-empírica también ha descubierto que un número cada vez mayor de personas padece intensos cuadros de dolor físico crónico, que no tienen causas u orígenes precisos, pero que pueden ser muy graves e, incluso, invalidantes en los casos más extremos.
Esta condición, que se expresa en diversas patologías de alto impacto como fibromialgia, síndrome de intestino irritable, síndrome doloroso vesical, cefaleas y fatiga crónica, entre muchas otras, es definida por los especialistas como “dolor nociplástico”, tal como afirma la Dra. Delia Ruiz, Médico Fisiatra, vicepresidenta de la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (ACHED-CP).
“Este mecanismo de dolor corresponde a una nueva definición por parte de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, según su sigla en inglés), ya que se estableció como tal recién en 2017”, comenta la Dra. Ruiz.
Tipos de dolor
La especialista explica que el dolor, en general, es una experiencia sensorial y emocional desagradable, generalmente vinculada a un daño, o a una lesión real o potencial. Mientras que el dolor crónico es aquel que dura 12 semanas o más.
“El dolor puede estar dado por una condición multifactorial que se manifiesta con síntomas físicos y psicológicos que pueden generar variadas consecuencias, entre ellas, la disminución en la calidad de vida, discapacidad, alteración de las actividades cotidianas, cambios en el estado de ánimo y alteraciones del sueño”, enfatiza la Dra. Ruiz.
Hasta hace muy poco tiempo, los especialistas identificaban, según su origen, solo dos tipos de dolor: nociceptivo y neuropático.
El dolor nociceptivo es causado por la activación de los receptores del dolor (nociceptores) en respuesta a un estímulo (como lesión, inflamación o infección, entre otros).
A su vez, el dolor neuropático responde a una lesión o enfermedad específica del sistema somatosensorial (parte del sistema nervioso que nos proporciona información del tacto, dolor, temperatura, entre otros). Algunas patologías que pertenecen a esta categoría son neuropatía diabética periférica y esclerosis múltiple, entre otras.
Sin embargo, diversos estudios recientes han permitido establecer una tercera categoría, que los expertos definen como “dolor nociplástico”, y cuya causas exactas aún no se determina con total certeza.
“Con el dolor nociplástico el paciente percibe dolor, es decir, se produce una alteración de las vías sensoriales que están relacionadas con este malestar, pero no hay evidencia de que exista un daño tisular y que se estén activando los nociceptores del dolor. Tampoco hay evidencia real de que sea un dolor neuropático, es decir, que exista una lesión o enfermedad del sistema somatosensorial. Entonces no es un dolor nociceptivo ni neuropático”, explica la Dra. Ruiz.
Por su parte, el Profesor Dr. Roberto Rey, neurólogo del Instituto Argentino de Investigación Neurológica Sanatorio Finochietto, de la Universidad de Buenos Aires, señala que “así como hay personas que pueden caminar sobre brasas sin manifestar dolor, también hay quienes pueden sentirlo ante estímulos que normalmente no lo generarían, sin que se detecten lesiones somáticas ni neurales que justifiquen este dolor en forma crónica”.
Según el artículo “Nueva clasificación del dolor: introduciendo el dolor nociplástico”, publicado en la revista científica Neuro Rehabs News, la perpetuación de este dolor se relaciona con factores psicosociales, los cuales ayudarían a generar cambios plásticos en las neuronas, lo que induce falsas señales de daño en los tejidos que llegan al cerebro y generan una respuesta somática. “El cerebro responde manteniendo un estado de alerta, amplificando las señales y haciendo que el dolor se perpetúe”, indica la publicación.
Dolor y emociones
Según el Dr. Roberto Rey, la ansiedad, la depresión y el insomnio, son solo algunas de las características clínicas y comorbilidades que comparten las personas que sufren de dolor nociplástico. “Además de la superposición de distintos síndromes dolorosos crónicos de este tipo”, agrega.
Pero las emociones o factores psicosociales no solo se asocian con las manifestaciones de dolor físico ya que, según la Sociedad Europea de Cardiología, tratar los factores de riesgo psicosociales puede contrarrestar el estrés psicosocial, la depresión y la ansiedad, así como también facilitar el cambio conductual y, por ende, mejorar la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes.
En este sentido, el Dr. Fernando Lanas, cardiólogo, académico del Dpto. de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la U. de La Frontera e integrante del Comité de Expertos de la OMS para diseñar la estrategia de infarto y ACV, comenta que existen numerosos estudios que respaldan la afirmación de que los factores psicosociales impactan en la salud cardiovascular.
Al respecto, menciona el caso del “síndrome del Takotsubo”, también conocido como “síndrome de corazón roto”.
“Es un fenómeno más común en las mujeres y se presenta con una pérdida de la fuerza en la punta del corazón. Si bien ésta puede ser transitoria, se han reportado casos en que ocasiona la muerte”, advierte el Dr. Lanas.
El cardiólogo añade que una de las diferencias del síndrome de Takotsubo con un infarto al miocardio es que con este síndrome se produce un cambio en la anatomía del corazón, generando los mismos síntomas de un infarto al miocardio -como dolor en el pecho y falta de aire- pero una vez superado el episodio, el órgano vuelve a su forma normal.
El Dr. Lanas también comenta que un reciente estudio mundial sobre la asociación de estrés psicosocial con el riesgo de infarto al miocardio, determinó que los factores emocionales como angustia y depresión corresponden a la tercera causa de este tipo de eventos. “En primer lugar se encuentra el colesterol alto, luego el hábito de fumar y en tercer lugar los factores psicosociales”, enfatiza.
Abordaje multidisciplinario
Como el dolor se aborda de manera multidisciplinaria, se necesitan diversas instancias de educación médica continua que entreguen una puesta al día sobre los respectivos tratamientos y métodos diagnóstico. Por este motivo, la División Upjohn de laboratorio Pfizer, organizó una actividad educativa dirigida a los médicos y otros profesionales en salud, que se llevó a cabo en Buenos Aires, Argentina, y que contó con las exposiciones de médicos especialistas de los diversos países de la región, entre ellos, la Dra. Delia Ruiz, de Chile.
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